viernes, 25 de abril de 2014

LAS MANOLAS EN LIBRILLA.




Las Damas de la Soledad, también conocidas popularmente como “Manolas”, son mujeres que vestidas de luto, escenifican el propio luto de María, tras la muerte de su hijo Jesús, representado iconográficamente en dichas procesiones, en la imagen con advocación a la Soledad.

 En nuestro caso, en Librilla se las conoce como Manolas, y el día principal en el que salen en esta localidad es el Viernes Santo por la noche, en una procesión de solemnidad, recogimiento, sobriedad, y de luto. Y, aunque al contrario de lo que está aconteciendo en muchas poblaciones   –incluida la nuestra-  con cierto desinterés por ver, vivir y representar lo que seria el mensaje y muerte de Jesús, determinándose con la asistencia de menos vecinos y cofrades, no pasa lo mismo con la “representación” de las Manolas, si se le puede llamar así, llegando a ser estos dos últimos años 2013-14, de los más asistenciales, con un numero de 30 a 40 Manolas aproximadamente.

 
Con respecto a las Manolas (motivo del tema), indicar que, fuera de toda institución y aunque pudiesen (que lo están en parte) estar dentro de alguna, las Manolas no pertenecen a ninguna cofradía. Por ello, es de libre elección suya e individual: el día en el que salen y a que advocación o Paso acompañan, y en su caso si lo fuese, con quien van acompañadas. Tan solo deben de anunciar a la persona representativa de dicha cofradía o encargado del trono, su intención de acompañar a dicho Paso, y esa persona debe de dejarla acompañar.

Por lo tanto y según lo dicho, la Manola/s que acompañen al Paso del Cristo o a otra advocación mariana, también simbolizan a las “Damas de la Soledad” y, a su sufrimiento y luto.

  

PROTOCOLOS

En Semana Santa, las Manolas (al igual que otros participantes), deben de llevar en cuenta unos protocolos que, aparte de organizar la estructura del grupo y su desfile, también ha de conseguir que, todas las personas participativas en dicho acto, sean igual ante la mirada de las gentes y no por tener más poder adquisitivo o menos, puedas sobresalir por encima de las demás, dando la misma oportunidad tanto a las persona con menos posibilidades como a la que más; y no olvidar el día de luto que es.

 Entre otros se ha de tener en cuenta el: protocolo oficial, eclesiástico, social, el ceremonial, etc., y sobretodo el de la cofradía, sin olvidar el costumbrista o tradicional que también esta inmerso en el de la cofradía.

 En esta ocasión, voy a mencionar unas notas sobre la forma de vestir que creo que deberían de conocer toda persona participativa en dicho acto, llámese autoridades y acompañantes, invitados y como no, las Manolas.

La etiqueta que han de guardar las mujeres y los hombres que acompañen oficialmente a los pasos de Semana Santa, es diferente según el día en el que procesionen y deben de ser sobrias y lejanas a la ostentación o la fantasía.

Para las autoridades y demás acompañantes, un breve recordatorio que hace la Diócesis de Cartagena, para el Viernes Santo, es que todos deben de llevar:
 
 
“... traje oscuro y guante negro. En este día, por su gran solemnidad al hacer presente el Entierro de Cristo, los hombres deben usar chaqué o traje negro con corbata negra y las mujeres mantilla (siempre negra)...”. Aceptándose para el hombre y la mujer en días de frio, la chaqueta, el abrigo y la capa española.
 



La “representación” de las Manolas es una tradición que, en los últimos años, se ha reavivado como hemos podido comprobar también en Librilla, pero todavía hay muchas normas protocolarias que se ignoran a la hora de vestirse de mantilla el Jueves y el Viernes Santo. Para evitar esas anomalías que echan por tierra un rito y tradición y, como no tiene por qué estar reñido el luto con el buen gusto, el dinero y la moda, su vestimenta ha ido evolucionando a través de los años y en la actualidad, pese a que las mayoría visten bien, algunas Manolas, en vez de llevar luto parece que van a hacer un pase de modelos, preparándose para en vez de acompañar al Paso, exhibirse ellas y poder lucir su palmito y encantos.

Por tales motivos algunas cofradías han tenido que plasmar por escrito, unas normas  especificas sobre el decoro para la vestimenta de las Manolas, normas que a pesar de no estar escritas siempre se habían respetado, ya qué había varios protocolos con los que se conformaban, como hemos mencionado anteriormente.

Por ello voy a mencionar como se entiende que debería de ir vestida una Manola, el Viernes Santo por la noche, tomando en consideración el día señalado que es, los protocolos y las tradiciones o costumbres que se tengan, manteniendo vivos con estas dos ultimas, unos elementos culturales típicos de España, como lo son la capa, la mantilla y la peineta.

Uno de los cánones o modelo con el que nos podemos guiar para cumplir con el día señalado y los respectivos protocolos, según se interpreta de numerosas publicaciones hechas y de las costumbres conocidas, es el siguiente:
 
 


VESTIMENTA

El vestido irá entero (no traje de dos piezas) de color negro liso; puede ser de terciopelo, seda, muaré, crepé… no siendo de encaje, pero si lo fuese, iría convenientemente forrado de forma muy tupida; de corte ajustado (con escasos o nulos vuelos, tablas o similar), sin ser excesivamente ceñido, de manga larga o semilarga (francesa, por debajo del codo), con un largo a la altura de la rodilla más o menos; preferentemente llevará cuello a caja o con un ligero escote en pico o redondo, que no llegará al canalillo; puede llevar un pequeño corte trasero en la falda para facilitar los movimientos. En caso de frío, se acompañará de una chaqueta, abrigo o capa de paño negro (nada de pieles de ningún tipo). Nunca se descubrirán los hombros ni se usarán tirantes y mucho menos el escote palabra de honor, como también es  inadmisible la minifalda, así como los pantalones

Las medias, también negras no excesivamente tupidas, de unos 20 dns aproximadamente.

Los zapatos deben ser también negros, cerrados, de tipo salón, sin adornos y nada de sandalias o plataformas; de medio tacón no muy fino (no más de 7 centímetros). Los tacones superiores a esta medida y plataformas están más especificados para otros eventos y no es muy correcto utilizarlos para funerales, duelos etc.

Las peinetas pueden ser de distintos tonos, desde el más claro al más oscuro, predominando en ese día el de color carey; las hay de distintos tamaños y de figura redonda, cuadrada, rectangular siendo en forma de teja semicircular; pueden ser lisas o con dibujos calados; las antiguas peinetas solían ser de nácar y de carey de concha de tortuga y, aunque aún se venden, han sido sustituidas hoy en día por materiales sintéticos ya que son más económicos y menos delicados. Las que más se usan son las rectangulares con remate semicircular en forma de teja de color carey. Deberemos también decantarnos por una peineta adecuada a nuestra altura y la de nuestra pareja, si vamos acompañadas. En todo caso, hay que ajustarla bien al moño y cubrirla de forma correcta y bien equilibrada con la mantilla.

La mantilla es una tradición que identifica a la mujer española en el mundo y ha propiciado la creación de verdaderas obras de arte que se conservan en las familias por generaciones. Posee un gran valor simbólico hasta el punto de que por ley no puede ser embargada.

Las hay y se usan de distintas medidas pequeña, mediana y larga; la más utilizada es la mediana y últimamente se usa bastante la larga; debe ser negra, de tul, blonda, chantilly o encaje de Bruselas; en general, debe llegar por delante a la altura de las manos (más o menos las caderas) y por detrás llegará desde por debajo las nalgas hasta el final del vestido, la larga por detrás se queda a la altura de la pantorrilla y no debería de llegar en todo caso a los tobillos. Conviene sujetarla discretamente a los hombros para mantener su efecto de encuadre al cuerpo, y evitar que ondee en días de viento o simplemente por el movimiento de la persona. Su sujeción a la peineta será discreta con un prendedor, y nunca con flores en ese día.

El peinado de las señoras debe ser un recogido en moño, nunca el pelo suelto. Si por el largo del cabello no fuera posible recogerlo, se hará uso de un postizo.

El maquillaje será muy discreto, evitando las sombras y lápiz de labios llamativos.

Los guantes, de encaje o terciopelo negro, cortos a la muñeca.

Se pueden llevar durante la procesión de ese día y según las costumbres, un rosario entrelazado en las manos, una vela encendida un misal...

Respecto a las joyas, lo más tradicional (que no lo único) es que se trate de perlas, en collar y discretos pendientes; el collar corto o mediano; aunque se pueden llevar perfectamente piezas que, repito, sean sobrias y lejanas a la ostentación o la fantasía, como puede ser un prendedor sujetando la mantilla o un broche en el pecho, con la forma de una cruz, un corazón una rosa, un emblema procesional o semejante, etc.

Si se desea llevar un bolso, habrá de ser de mano tipo cartera o con asa, y de color negro o carey, escasos adornos y nunca Viernes Santo por la noche.
 

No debemos olvidar en este caso que, en función del estado de la persona, a saber: minusválida, embarazo etc. y del recorrido y su duración, suponiendo un esfuerzo por encima del adecuado para su salud, también se permite ciertas variaciones en la vestimenta.
 
Y por último, mencionar que lo importante es respetar las normas de la cofradía, guiadas estas por lo mencionado con anterioridad, y tener presente que, a parte de considerarse como un acto religioso y cultural, es de devoción y debe de imperar el recogimiento, la sobriedad y siempre en silencio.

Texto José Rubio

















José Rubio
Alfonso Pardo



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